Experiencia de aprendizaje según el
modelo socio crítico
“…si
quieres construir un barco, no empieces a buscar madera, cortar tablas o
distribuir el trabajo, sino que primero has de evocar en los hombres el anhelo
de mar libre y ancho…”
Saint
Exupery
En esta experiencia deseamos que usted:
·
Identifique y aplique
las herramientas cognitivas que apoyan y producen el aprendizaje a través de la
toma de conciencia del proceso lector.
·
Explore sus habilidades
comunicativas y así mejorar sus procesos de comprensión y producción discursiva
La
educación en la actualidad ya no requiere de la mera acumulación de
conocimientos, en este mundo cambiante y lleno de incertidumbre es necesario
cultivar la creatividad humana, para que los individuos, las comunidades y las
sociedades puedan adaptarse con imaginación y capacidad de imaginación a la
nueva era, lo que necesitamos, entonces, es ser aprendices de la cotidianidad,
descentrar la actividad del entorno escolar y ampliarlo e inscribirlo en el
contexto de la actividad humana; así será permanente, constante. Ahora, las
herramientas que necesitamos para convertirnos en aprendices son: flexibilidad
emocional, el ingenio y la reflexión, requerimiento que nos ayuda a identificar
los modos de actuación en cada situación. Como buenos aprendices sabremos la
forma y el modo de pensar, imaginar, razonar, observar; en fin, dejar que el
cerebro, esa gigantesca máquina que realiza sin parar operaciones mentales con
las que manejamos información: ver, aprender, relacionar, calcular, formar
conceptos, el cerebro es un complejísimo cuarto de maquinas de donde surgen
ocurrencias, movimientos, deseos y sentimientos.
Herramientas
de aprendizaje
En
el proceso de aprendizaje utilizamos diferentes estrategias que nos permiten
obtener la información del texto, emplearla para relacionar la información con
los saberes previos, almacenarla a largo plazo y evaluarla; por ello podemos
determinar cuán importante puede ser en términos del propósito establecido
inicialmente (leer para elaborar un resumen, para informarse, para determinar
la validez de los planteamientos, entre otras posibilidades) cabe señalar que
estas estrategias de aprendizaje son de diferente tipo: predecimos el contenido
del texto (nos anticipamos al contenido, a las explicaciones, al final de la
historia); inferimos la información implícita (lo no expuesto por el autor,
aquella que subyace a lo dicho y que se deduce de acuerdo con los saberes
previos); muestreamos y por ello no tenemos que mirar todas las letras que
componen las palabras. Adicionalmente evaluamos, para determinar que estamos
comprendiendo, que no comprendemos y porque, para lo cual nos devolvemos en el
texto en busca de más información, corregimos las confusiones, entre otros
asuntos atinentes.
Como
una vía para mejorar las estrategias de lectura y escritura, aplicadas a su
aprendizaje, le proponemos un encuentro dialógico, una postura cuestionadora, a
partir de un mecanismo: el cuestionamiento a los textos escritos.
La
interpretación del texto escrito: ¿tarea de quien?
En
todo acto comunicativo, quien lee elabora preguntas, ya sea de manera
consciente o inconsciente, hacerlo de forma consciente, en especial a los
textos expositivos y argumentativos es entrar al plano meta-cognitivo, por lo
cual se controla y evalúa el propio proceso de comprensión.
Algunos
autores afirman que sin preguntas, el texto permanece cerrado; por ello, quien
lee, actualiza el texto desde su contexto social, cultural, desde sus
intenciones o propósitos, desde sus conocimientos previos, etc. Es en ultimas
el lector o la lectora en un proceso dinámico de tejidos y entretejidos quien
determina según las circunstancias de su lectura que tipo de preguntas debe
hacerle al texto o al acto comunicativo, en el evento de una obra teatral, una
película, una novela, una receta de cocina, un discurso político o una
entrevista.
Dicho
lo anterior, a continuación se plantean tipos de preguntas para antes durante y
después de la lectura, que puedan dirigir la atención del lector (a), de modo
que establezca con mayor propiedad la interacción con el texto (y por supuesto
con su autor); no obstante, es importante tener en cuenta que algunos textos
entrañan gran dificultad para su lectura; otros por el contrario se leen como
un cuento, por lo tanto, se gozan, se disfrutan, se recrean. Este no es pues un
recetario definitivo; si se quiere, la pretensión es ayudarle a encontrar su
propia forma de plantear preguntas a los textos.
Antes
de la lectura:
1. Plantéese
preguntas acerca del autor y/o del texto:
¿Cuáles
serían las circunstancias de escritura?, ¿Para quién escribiría el texto?, ¿Qué
lo llevaría a escribirlo?, ¿Qué profesión tiene el autor?, ¿Cuál es la fecha o
época de la escritura?
2. Planteese
preguntas acerca del título:
a. De
su temática, ¿Qué ideas o conceptos tratará, si el título es…?, responderá a
los propósitos?, ¿Cuál será la posición del autor frente al tema?, ¿Cuál será
el tema central o idea temática?, ¿Cuáles serán las implicaciones pedagógicas
según los planteamientos?
b. De
su estructura (descriptivo, narrativo, argumentativo, expositivo) ¿con qué tipo
de párrafos organizará la exposición de las ideas?, ¿Qué palabras claves y/o
conectores le permitirán encontrar la organización de las ideas expuestas?,
¿Cuál será la súper estructura del texto?.
c. El
tipo de registro o léxico que empleará; si es terminología del área de la
sicología, sociología, de ciencias naturales, de historia etc. Con ello se
podrá determinar qué tipo de términos se deberá consultar en un diccionario
especializado.
d. Las
disciplinas, áreas del conocimiento que posiblemente intervendrán, ¿desde que
áreas o campos del conocimiento aborda la temática el autor?
Durante
la lectura
Como
se expresó antes, comprender implica evaluar, esto es, tomar conciencia de que
se comprende, que no se comprende y porque para aplicar los correctivos
necesarios, a esto se le denomina meta-cognición. Veamos posible preguntas para
auto-regular la comprensión:
1. ¿Se
me dificulta entender las ideas planteadas porque hay palabras desconocidas?
2. ¿Las
ideas nociones o conceptos expuestos en el texto me resultan desconocidas o
contradictorios?
3. ¿carezco
de de información previa que me permite profundizar en el texto?
4. ¿puedo
hablar del asunto o tema expuesto por el autor, o por el contrario, no logro establecer relaciones entre las ideas?
5. Subrayo
las ideas importantes o realizo notas al margen?
6. Determino
cual es la intención del autor: informar, convencer, narrar, describir?
Después
de la lectura
1. ¿Cuáles
son los puntos fuertes y débiles de la
exposición? ¿ejemplifica? ¿aclara? ¿compara? ¿logra persuadir?, ¿entra en
contradicciones?
2. ¿con
cuales de los planteamientos estoy o no de acuerdo?, ¿Por qué?,
3. ¿he
leído otros autores que concuerdan o no con las ideas aquí planteadas?
4. ¿logré
determinar cómo están organizadas las ideas en el texto?
5. ¿relaciono
el titulo del texto con el contenido?
Estas
son algunas de las preguntas que pueden guiar la interpretación. Es
indispensable expresar que no hay establecido un modelo estandarizado para el
cuestionamiento a los textos, ya que la comprensión o la interpretación depende
de varios factores: el conocimiento previo del lector, su interés o propósito
de lectura, su relación afectiva con el texto-autor, su capacidad cognitiva,
para mencionar solo algunos.
Lo
claro es que sí es posible y necesario relacionarse con el texto, antes,
durante y después de la lectura.
En
conclusión del tipo de lectura que le hagamos al texto dependerá la
interpretación, eso sí, preguntas bien planteadas permiten un procesamiento más
eficiente, que apunte a lo que el autor dice, a lo que no dice, a lo que pienso
yo sobre lo que dice y lo que no dice, a lo que piensan otros frente a lo que
el texto dice, a como lo dice y para que lo dice. En resumen, las preguntas
permiten la interacción entre el autor-texto-lector, que es el fin último de
todo acto de lectura
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